Arte en pantalla grande

Oviedo acoge, desde octubre y hasta el 6 de enero, once obras esenciales para entender el mundo de la videocreación que también se exhiben en el Moma o el Guggenheim.
Ver las once creaciones audiovisuales juntas es fundamental, porque, como señalaba el comisario de la exposición, Carlos Durán, las otras artes tienen una inmediatez en el espectador que los visuales no tienen. «Precisan de una colaboración por parte del receptor, que, fuera de un entorno exclusivamente de videocreación, desaparece».
En «Vídeo selecta»hay nombres tan importantes como Bill Viola, Daniel Canogar o Miguel Ángel Ríos, piezas documentales, sociales, de alta tecnología y, sumadas y encerradas en la sala de Banco Herrero, un clima de mística audiovisual, de regocijo por la imagen en todas sus posibilidades.
En la muestra se puede comprobar cómo el videoarte imita al arte, como Goya, Delacroix o El Bosco se recrean en las creaciones visuales de Michael J. Grey, Cristina Lucas o Marco Brambilla. Pero también, y especialmente, cómo las nuevas tecnologías cuestionan hasta límites insospechados el propio proceso de creación o el concepto de autoría. Al menos dos de las obras expuestas, la de Grey y «Whiteonwhite: algirthmicnoir», de EveSussman, son procesos artísticos realizados en tiempo real por ordenadores. Otras piezas expuestas, desde los dos minutos hasta la hora de duración o el loop infinito, se sirven de narrativas cinematográficas más al uso o, también, prueban a apurar las maravillas de la técnica para entrar en un tipo de barroquismo digital que recuerda, también, a los pioneros de las artes cinematográficas.
